Por José Ángel Solorio Martínez | Enlae Digital

La alcaldesa de Reynosa, Tamaulipas Maki Ortiz Domínguez, tiene al borde del colapso la ciudad que gobierna. Su escaso respeto por la Ley –ha hecho caso omiso de los apercibimientos del Congreso del Estado para que se ajuste al Código Municipal: la petición central de los parlamentarios es que solucione el problema jurídico que representa contratar personal que no reúnen las exigencias legales- pone contra la pared a los legisladores y a la administración que encabeza.

El embrollo generado por la alcaldesa, pone en situación de ingobernabilidad al Congreso –la Legislatura tiene solo el camino de la sanción que va desde el regaño público hasta su remoción- y en posición de riesgo su cargo.

¿Qué hacer ante el entrampamiento del problema?..

El conflicto se ha agriado. Maki sigue en su macho al desatender las sugerencias legislativas y el Congreso está ante la disyuntiva de sancionar a la alcaldesa o perdonarla.

En ambos casos toda solución es un dardo envenenado: en cualquier salida, el parlamento saldrá lastimado en su potestad. Si daña a Maki, es autoritario. Si no actúa contra la conducta ilegal de la dama, es permisivo, tolerante ante la ilegalidad.

Es esa la gravedad del problema.

Sin diálogo a la vista, estamos ante un conflicto que arrastrará deplorables consecuencias para la autoridad reynosense y para la autoridad parlamentaria.

Es lamentable, que el Ayuntamiento desoiga lo que plantea el Congreso.

Como es patético, que el Congreso no pueda construir interlocución con la administración de doña Maki.

¿Qué pasará con la ciudad en ese paisaje de encono?..

Sería una ingenuidad, pensar que Reynosa podrá tener desarrollo y planes de gobierno potentes sin el apoyo del Congreso y sin la interlocución de éste con el Ejecutivo estatal.

Los problemas de la ciudad cada día son mayores y más a flor de piel.

Maki resultó un fraude para el ciudadano que la eligió pensando que sería una buena gobernante.

El Congreso girará en estos días el acuerdo sobre la actitud rebelde y desatinada de la doctora Ortiz Domínguez.

Esperemos que el diálogo resuelva el diferendo. Antes de que se hunda más y más Reynosa… …en compañía de su testaruda alcaldesa.